Desarrollo: evolución, concepción y acción
DESARROLLO: EVOLUCIÓN,
CONCEPCIÓN Y ACCIÓN
Una visión
de sociedad enmarcada en el mundo contemporáneo
RESUMEN
El concepto de desarrollo es uno
de los temas más importantes de la actualidad ya que esboza la visión que los
países tienen sobre el porvenir. Su definición ha tenido grandes variaciones a
lo largo de la historia debido a los cambios sociopolíticos y económicos
(positivos y negativos) que la humanidad ha experimentado. Dada la importancia que
representa, es menester de este artículo abordar el tema del desarrollo para
entender aquellas variaciones que ha tenido y cómo puede explicar la situación
que el mundo vive. Para lograrlo, el documento se divide en cuatro partes,
siendo la primera una breve exposición de la evolución experimentada por el
término, lo cual permitirá contrastar sus diferentes nociones. En seguida se
explicará la concepción actual, partiendo de los indicadores objetivos y subjetivos
que la miden. A continuación se plasmará el deber-ser de las instituciones en
la forma como el desarrollo afecta las diferentes sociedades. Finalmente, y
teniendo en cuenta todo lo anterior, es necesario señalar el papel de los recursos
naturales y cómo se han visto afectados por los hechos transcurridos hasta el
día de hoy y las posibles repercusiones que se reflejarán en las futuras
generaciones, a lo cual se propondrán una serie de recomendaciones que
reducirán las consecuencias que ya están manifestándose.
Palabras clave: desarrollo, historia, indicadores,
instituciones, recursos naturales, porvenir.
INTRODUCCIÓN
Este documento permite contextualizar
al lector sobre el desarrollo y los conceptos básicos que de éste se derivan,
como los indicadores que lo miden
(objetivos y subjetivos), las diferencias entre éste concepto y crecimiento, el
papel de las instituciones y los hechos subsecuentes que han afectado
directamente la calidad y cantidad de los recursos naturales; así mismo, se
harán las respectivas observaciones sobre la realidad que podrían vivir las
futuras generaciones y cómo esta puede cambiar si se toman las medidas correctivas
y preventivas necesarias, en todos los campos de la sociedad actual.
La palabra “desarrollo” ha tenido
tantas variaciones como momentos históricos ha vivido la sociedad, debido a las
necesidades y al deseo de mejorar dichas condiciones. Sin ir tan lejos en la
línea de tiempo, el término en la Primera Revolución Industrial (siglo XVIII) se
relacionaba con la maquinización de los procesos que anteriormente se hacían
manualmente, para disminuir tiempos y costos y, por ende, maximizar la producción.
Posteriormente esta concepción cambió al demostrar que ese tipo de crecimiento
afectaba negativamente otros campos de la psiquis
humana, como el bienestar mental del individuo y de la comunidad en la que
habitaba, pasando de ser un aumento en la riqueza monetaria a un mejoramiento
integral de sus condiciones de vida. En los últimos 60 años se ha sumado otro
hecho importante en la idea que se tiene de desarrollo, el entorno natural,
debido, principalmente, a que gran parte de la comunidad científica (y grupos
aborígenes, cuya voz ha sido apaciguada por los intereses políticos y
económicos de países industrializados) estuvo de acuerdo en que, de seguir con
el consumo desmesurado de los recursos naturales, el planeta no soportaría la
carga contaminante y amenazaría la existencia de la vida1.
2. Concepción actual
A partir de lo anterior, se puede
decir que el desarrollo puede ser entendido de dos maneras: desde el punto de
vista económico y desde el punto de vista sociohumanístico. El primero hace
referencia al aumento en la riqueza material de los países, mientras que el
segundo es el mejoramiento integral de la calidad de vida de los habitantes de
los mismos. Dadas las diferencias, es preciso medir su comportamiento mediante indicadores, los cuales pueden ser
objetivos o subjetivos: PIB/per cápita e Índice de Desarrollo Humano –IDH,
respectivamente. Si bien el primero es fiel reflejo de lo que podría llamarse
“crecimiento económico”, no muestra las condiciones de vida reales de la
población en cuestión debido a que no evidencia la distribución real de la
riqueza ni el costo de vida de las personas que, en teoría, tienen el mismo
capital. El segundo, en cambio, está enfocado en evaluar las condiciones de
bienestar de una persona teniendo en cuenta factores como el acceso a la salud,
la educación y a un trabajo digno, los cuales van más allá del ingreso
monetario que éste recibe. También califica el papel de los gobiernos por
solucionar los problemas asociados a los mencionados ítems.
3. Rol
de las instituciones
Para lograr su cumplimiento
eficaz es necesario atender a los dictámenes que las instituciones emiten,
entendidas como las reglas (formales e informales) que cada sociedad ha establecido
para armonizar las interacciones entre los individuos que hacen parte de ella. Por
lo tanto, la efectividad de las instituciones radica en la calidad y claridad
de las normas escritas (en Colombia serían: La Constitución Política, leyes,
decretos, ordenanzas, etc.) y la apropiación y defensa de las costumbres e
idiosincrasia de cada comunidad. Respetar estos límites favorecerá las libertades
individuales de cada persona, y como lo expone el economista Amartya Sen, se
convertirá en el punto de partida para el desenvolvimiento de sus capacidades,
presentándose a su vez la oportunidad que promoverá un verdadero desarrollo en
la comunidad a la que pertenezcan estas personas.
En medio de la discusión, un tema
que no había tenido importancia histórica fue relegado a su más mínima
expresión, y que, por el creciente aumento de las consecuencias que afectan
directa e indirectamente a las sociedades en el corto, mediano y largo plazo,
fue ganando fuerza hasta la década de 1960, aunque de manera tardía. Es el
asunto del entorno natural, que, por el enfoque económico que ha ganado, se le
llama comúnmente “recursos naturales”. Desde la publicación en 1962 del libro “La
Primavera Silenciosa”, de Rachel Carson, la naturaleza dejó de verse como la
despensa y sumidero infinito debido a las graves consecuencias que se vieron
reflejadas en diferentes lugares distanciados por miles de kilómetros entre
ellos. Temas como la calidad del agua, el aire y el suelo llamaron la atención
de los líderes políticos, principalmente por la amenaza de una posible
disminución de la producción económica mundial. Más adelante, se observó que
dichas consecuencias eran mucho más comprometedoras de lo pensado por la trascendencia
de sus efectos durante prolongados periodos de tiempo (la temporalidad
planetaria es mucho mayor que la resiliencia humana). De allí que los esfuerzos
se multiplicaran por solucionar el problema, intentando afectar mínimamente el
ritmo económico dominante. Solo hasta finales de los años 1980 y comienzos de
la década de 1990 se determinó que no era posible continuar con el mismo
sistema de consumo si se pretendía mantener unas condiciones de vida aceptables
a largo plazo, fue entonces cuando los países firmaron acuerdos para disminuir
su huella contaminante, como el Protocolo de Kioto, en 1997. Solo hasta el
2000, se tuvo en cuenta la relación entre la sociedad y el entorno en el que
vivía con el planteamiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que, si
bien fueron un intento por mejorar la calidad de vida de las comunidades a la
par de recuperar el estado de los recursos naturales, fueron (la gran mayoría)
demasiado ambiciosos, evidenciado en su cumplimiento parcial durante los 15
años que se propuso como meta. Ahora, cuando se reformularon dichos objetivos,
los gobiernos se comprometieron a implementar soluciones de fondo que atiendan
las necesidades reales de sus territorios, y se plantea la posibilidad de
reducir progresivamente el consumo y fomentar el cambio del paradigma
predominante: pensar que las sociedades se desarrollan cuando sus ingresos
nominales están en constante aumento.
CONCLUSIONES
El desarrollo ha tenido grandes
cambios en su significado debido a los hechos históricos que marcaron cada
sociedad hasta la actualidad. Hoy en día el concepto hace referencia tanto al
mejoramiento de la calidad de vida como al crecimiento económico de cada país,
realidad que no puede ser vista por separado sino que debe buscarse la forma de
armonizar ambos puntos de vista, haciendo hincapié en la dignificación del
hombre y en la significación de su quehacer diario, apoyando sus capacidades
inherentes con ayuda de las instituciones, cuidando que éstas no sean una
herramienta para reprimir sus libertades individuales por parte de pequeños grupos
de poder. Para lograrlo, también es necesario hacer uso racional de los
recursos naturales disponibles, reflexionando en el hecho inminente que
desaparecerán si siguen usándose sin límite. Esto se consigue mediante la
acción de los líderes políticos, cambiando la forma de administrarlos, seguido
de la transformación de percepción por parte de la sociedad y finalmente
aumentando el interés por el bienestar
de todas las formas de vida y por las generaciones presentes y futuras.
BIBLIOGRAFÍA
- BERTONI R., CASTELNOVO C., CUELLO A., FLEITAS S., PERA S., RODRÍGUEZ J. & D. RUMEAU (2011) ¿Qué es el desarrollo? ¿Cómo se produce? ¿Qué se puede hacer para promoverlo? Construcción y análisis de problemas del desarrollo. Montevideo: UR-UCUR: CSE. Consultado el 24 de octubre de 2016. Disponible en http://prebisch.cepal.org/sites/default/files/Manual%20Qu%C3%A9%20es%20el%20Desarrollo%20Bertoni%20et%20al.pdf
- PNUD (2016) Índice de Desarrollo Humano (IDH). Consultado el 24 de octubre de 2016. Disponible en http://hdr.undp.org/es/content/el-%C3%ADndice-de-desarrollo-humano-idh
- Curso de Teorías del Desarrollo Económico, Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Especialización en Gerencia de Recursos Naturales (2016).
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